MICROCOSMOS Quiero contarte que a lo largo de mi vida he tenido tantas, tan diferentes y tan frenéticas actividades que siempre he soñado co...
MICROCOSMOS
Quiero contarte que a lo largo de mi vida he tenido tantas, tan diferentes y tan frenéticas actividades que siempre he soñado con un microcosmos que me protegiera de esta especie animal, interesada, ruin, avariciosa, cínica… que tanto abunda en esas urbes donde ni siquiera conoces al vecino del quinto, a pesar del educado saludo que te cruzas en el ascensor.
Yo he encontrado ese microcosmos. Es una concentración de aldeas: Pedras, Proupín, Padrón y Carreira, que se agrupan junto a otras en la parroquia de Santo Tomé de Ames. Todas contemplan el Val da Mahía y en ellas, como el trigo y el maíz de este valle, crecen los sueños de la gente de paz, trabajadora de la Tierra Única. Con esta gente buena hago mi vida social.
No aspiro a convertirme en un ángel de los Yazik, pero sí quisiera poseer la capacidad de James Meek para narrar la vida de mis pequeñas aldeas, como él cuenta las fantasías de los habitantes de este pueblo ruso que ha creado en la ficción literaria.
El mejor libro de Meek se llama “Por amor al pueblo” y te enseña a vivir de espaldas al mundo. En tu propio microcosmos. Me lo descubrió mi nieta Laura que cada vez que habla conmigo consigue emocionarme…
¿Has pensado ya que un buen día llegarás a mi edad y necesitarás tu propio microcosmos?
MISS TIJERAS ES CHINA
Se apellida Feng y cortó dos veces el pene a su marido por serle infiel.
Descubrió que su esposo, Fan Lung, padre de sus cinco hijos, tenía una amante. Lo supo porque el bueno de Fan le mandaba mensajes eróticos a la bellísima Zhang Hung a través del móvil de su propia mujer. Feng se puso furiosa y cuando Fan dormía le mutiló con unas tijeras su órgano viril.
El bueno del hombre, pene en mano, se fue de inmediato al Hospital en donde se lo trasplantaron…
Pero hete aquí que su esposa se coló en el centro, le volvió a cortar el órgano trasplantado y lo tiró por la ventana, sin que el personal sanitario ni la policía fueran capaces de hallarlo.
Esto ocurrió en el centro de China, en la provincia de Henan, donde permanece en prisión Feng.
Xerardo Rodríguez