Otros dos interesantes apuntes de Xerardo Rodríguez

 SOLO NOS QUEDA LA ESPERANZ

La santa semana me trajo por la calle de la amargura. Para mí no fue suficiente revivir la pasión, muerte y resurrección de Jesucristo, también hube de soportar ese 90% de humedad relativa que hizo crujir mis huesos de domingo a domingo y me mantuvo quieto parado, con un viejo libro de Anxel Fole entre manos. El día de gloria, para colmo, quedó enturbiado por el fallecimiento del Papa Francisco con el que empatizaba -a pesar de mi ateísmo- por su posición ante la invasión de Gaza y los problemas de los migrantes, que hasta en su último encuentro, estando ya muy mal, recriminó al vicepresidente norteamericano las deportaciones de esa gentiña que llevaba media vida en los Estados Unidos. Quiero decirte que, a pesar de la penitencia que hicieron algunos, las cosas están como estaban y así seguirán mientras en el mundo existan jefes de estado que asesinan a sus vecinos. Espero que Bergioglio tenga ascendencia sobre el Espíritu Santo para que del cónclave salga un pontífice que mantenga su proyecto y los parias de la Tierra sigan conservando la esperanza que nos dejó en herencia.


EL LANZO DEL MIÑO, RITO Y REIVINDICACIÓN

A mí también me hubiera gustado disfrutar del Miño el domingo de Gloria, en esas tierras que esmalta el río entre Tomiño y Vilanova de Cerveira. De no ser por el mal tiempo, hubiéramos ido a por el bacallau en familia, que es vieja costumbre que teníamos mi compañera y yo antes, cuando la salud nos lo permitía. De unos años a esta parte ha vuelto a celebrarse con sumo interés el rito del Lanzo, que se desarrolla entre la liturgia católica, la fiesta pagana y la reivindicación. Por un lado, se bendicen barcos y redes para que la próxima sea mejor temporada; y por el otro, la gente que puede, se calza una de esas papancias en las que no deben de faltar ni la ancestral lamprea ni las angulas. Los vecinos de Sobrada (Tomiño) y Cristelo Côvo (Valença do Minho), se unen para reivindicar cuidados ecológicos que acaben con las especies invasoras y se vuelva a dragar el río del que viven cientos de pescadores de Portugalicia.

XERARDO RODRÍGUEZ