El 25 de abril de 1974 marca un hito fundamental en la historia de Portugal: la Revolução dos Cravos (Revolución de los Claveles), que puso fin a 48 años de dictadura bajo el régimen del Estado Novo, liderado primero por António de Oliveira Salazar y luego por Marcelo Caetano. Este evento representa la restauración de la democracia, la libertad y los derechos fundamentales en la sociedad portuguesa, además de un símbolo de cambio pacífico y esperanza.
Contexto y desarrollo
La dictadura del Estado Novo, instaurada en 1926, se caracterizó por la represión política, la censura, la persecución de opositores y un fuerte control social, acompañado de una economía estancada y el desgaste de las guerras coloniales en Angola, Mozambique y Guinea-Bissau. El descontento generalizado, especialmente entre los militares más jóvenes, llevó a la formación del Movimento das Forças Armadas (MFA), un grupo que planeó un golpe para derrocar al régimen.
En la madrugada del 25 de abril, el MFA ejecutó un golpe de Estado casi incruento, coordinado con precisión. La señal para iniciar la operación fue la transmisión de la canción "Grândola, Vila Morena" de Zeca Afonso en la radio, un himno de resistencia. Las fuerzas militares tomaron puntos estratégicos en Lisboa y otras ciudades, y la población salió a las calles en apoyo masivo. Los claveles, colocados en los fusiles y uniformes de los soldados, se convirtieron en el símbolo de una revolución pacífica, de ahí su nombre.
Significado para la democracia
El 25 de abril significó la caída de la dictadura y el inicio de un proceso de transición democrática. En los meses siguientes, se restauraron las libertades de expresión, prensa y asociación, se liberaron presos políticos y se permitió el retorno de exiliados. En 1975, se celebraron las primeras elecciones libres, y en 1976 se aprobó una nueva Constitución que consolidó los principios democráticos.
La revolución también marcó el fin de las guerras coloniales, permitiendo la independencia de las colonias portuguesas en África. Este cambio redefinió la identidad de Portugal, orientándolo hacia Europa y culminando con su ingreso en la Comunidad Económica Europea en 1986.
Impacto en la sociedad portuguesa
Para la sociedad portuguesa, el 25 de abril es sinónimo de libertad, unidad y esperanza. La revolución no solo transformó las instituciones, sino también la mentalidad colectiva, fomentando una cultura de participación cívica y derechos humanos. Los claveles rojos, símbolo de la revolución, siguen evocando el espíritu de resistencia pacífica y el poder de la voluntad popular.
Hoy, el 25 de abril es un feriado nacional en Portugal, el Día de la Libertad, donde se conmemoran los valores democráticos y se reflexiona sobre los desafíos actuales, como la desigualdad, la polarización o la protección de las libertades. Es una fecha de orgullo nacional que recuerda que la democracia, aunque frágil, puede construirse con el compromiso colectivo.
En resumen, el 25 de abril representa para Portugal el triunfo de la democracia sobre la opresión, un legado de cambio pacífico y un recordatorio constante de la importancia de defender los valores de libertad y justicia en la sociedad.
Imagen : Grok)